Moneda anónima de la clase A de Folles, colgante de plata, ID14620
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Denominación: Anónimo Folles, Bronce Fecha: 969-1092 d. C.
Historia:
Esta moneda forma parte de un conjunto de monedas llamadas “Folles Anónimos”. Estas monedas reciben este nombre porque no llevan el nombre ni la marca de ningún gobernante en particular. Fueron emitidas durante el período comprendido entre 969 y 1092 e incluyen imágenes e inscripciones puramente religiosas.
Esta moneda en particular es especialmente interesante porque en el anverso aparece un retrato de Jesucristo. En el reverso de la mayoría de estas monedas aparece la inscripción en latín “Jesucristo, Rey de reyes”.
Según fuentes de la época y datos numismáticos, las monedas anónimas empezaron a acuñarse durante el periodo de Juan I. La acuñación de monedas de cobre del Imperio bizantino, entre la ascensión al trono de Juan I en 969 y la gran reforma monetaria de Alejo I en 1092, se distingue de la de siglos anteriores en dos aspectos. En primer lugar, en las monedas de cobre aparece un retrato de Cristo, aunque hasta entonces era una aplicación preferida solo en las monedas de oro. En segundo lugar, no se acuñaban en nombre de ningún emperador.
Descripción:
Esta clase incluye las primeras monedas de Anonymous Folles, introducidas por Juan I, un hombre devoto. El anverso de la moneda muestra un busto de Cristo con nimbo de frente, que sostiene un libro de los Evangelios; hay dos bolitas en cada extremo del nimbo. La inscripción en la parte superior dice + ЄMMANOVH (“Dios con nosotros”), mientras que las letras IC XC (“Jesucristo”) se extienden por el campo. El diseño del reverso consiste en una inscripción de cuatro líneas que dice + IҺSЧS XRISTЧS ЬASILЄЧ ЬASILЄ (“Jesucristo Rey de reyes”).
Las variaciones posteriores de esta clase incluyen A2 y A3, ambas atribuidas a períodos de reinado de Basilio II (Bazel) y Constantino VIII. Estas clases separadas siguen el mismo diseño que la primera Clase A (A1), pero incluyen muchos adornos en el libro de los Evangelios, en los extremos y en las inscripciones circundantes. Se desconoce el propósito de los adornos, pero los expertos creen que podrían ser marcas de ceca o marcadores de fecha.
Las monedas de clase A tenían un peso que variaba entre cinco y catorce gramos y un diámetro entre veinte y treinta milímetros.